El reciclaje de buques es el proceso mediante el cual las embarcaciones que han alcanzado el final de su vida útil son desmanteladas para recuperar materiales valiosos (como acero, cobre o aluminio) y así reducir su impacto ambiental. En otras palabras, se trata de una práctica que combina sostenibilidad, economía circular y responsabilidad social dentro de la industria marítima. En este contexto, la gestión adecuada de los buques también está vinculada a otros aspectos logísticos, como la protección de la carga mediante pólizas de seguro especializadas, que garantizan la continuidad de las operaciones marítimas en cualquier circunstancia.
Cada año, cientos de buques comerciales, petroleros y portacontenedores dejan de operar debido al desgaste, la obsolescencia o los altos costos de mantenimiento. En lugar de abandonarlos o hundirlos, el reciclaje ofrece una solución que permite reaprovechar hasta el 95% de sus materiales. De este modo, el sector marítimo contribuye a una gestión más responsable de los recursos y fortalece su compromiso con la sostenibilidad ambiental y la seguridad de las cadenas de suministro internacionales.
El proceso de reciclaje de buques
Reciclar un buque no es una tarea sencilla, ya que estas estructuras metálicas, que pueden superar las 200 mil toneladas de peso muerto, requieren procedimientos técnicos, normativas específicas y una infraestructura altamente controlada. Por eso, el reciclaje de buques se lleva a cabo en astilleros especializados localizados, principalmente, en Asia: Bangladesh, India, Pakistán y China concentran más del 90 % de las operaciones globales de desmantelamiento.
El proceso de reciclaje de buques puede dividirse en las siguientes etapas esenciales:
- Inspección y evaluación. Antes de desmantelar el barco, se realiza un inventario de materiales peligrosos y se determina la viabilidad del reciclaje.
- Descontaminación. Se eliminan residuos tóxicos, combustibles y aceites, además de materiales como el asbesto o los PCB (bifenilos policlorados).
- Desmantelamiento. Se procede a cortar y separar las partes del casco, la maquinaria y los equipos electrónicos.
- Recuperación de materiales. Los metales son fundidos y reutilizados, mientras que los componentes funcionales pueden servir como repuestos para otras embarcaciones.
- Gestión de residuos. Los desechos que no pueden reciclarse son tratados según normas ambientales internacionales.
En este punto, el seguro de carga marítimo también cumple un papel complementario. Las empresas que operan buques reciclados o reutilizados requieren coberturas que mantengan todas las operaciones logísticas se lleven a cabo con la mayor seguridad posible.
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Normativas internacionales y sostenibilidad en la industria marítima
La sostenibilidad del reciclaje de buques depende en gran medida del cumplimiento de normativas internacionales que establecen cómo deben desmantelarse las embarcaciones y bajo qué condiciones. La Organización Marítima Internacional (OMI) desempeña un papel clave en este aspecto a través del Convenio de Hong Kong para el Reciclaje Seguro y Ambientalmente Racional de los Buques, adoptado en 2009.
Este convenio establece que los barcos deben contar con un inventario de materiales peligrosos (IMH) y ser reciclados únicamente en instalaciones certificadas. Su objetivo es garantizar que los trabajadores estén protegidos y que los materiales contaminantes sean gestionados de forma adecuada, lo que evita daños a la salud humana y al medio ambiente. Aunque todavía no ha sido ratificado por todos los países, su implementación parcial ya ha permitido mejorar las condiciones laborales en varios astilleros de Asia y promover mayor transparencia en la industria.
De acuerdo con un informe de BIMCO, en la última década se han reciclado 7 mil 780 buques con un peso muerto total de 285 millones de toneladas. La mayoría de estas embarcaciones fueron construidas en la década de 1990 y hoy han dado paso a flotas más modernas y eficientes. Los expertos estiman que entre 2025 y 2032 se reciclarán alrededor de 15 mil barcos, lo que equivale a unos 600 millones de toneladas de peso muerto. Estas cifras reflejan no solo el envejecimiento natural de la flota mundial, sino también la creciente conciencia sobre la necesidad de una transición hacia modelos de transporte más sostenibles.
Además, algunas compañías portuarias, como TPS Valparaíso en Chile, han implementado programas de reciclaje de residuos sólidos y gestión de desechos peligrosos dentro de sus operaciones. Estas acciones demuestran que la sostenibilidad no es exclusiva de los astilleros, sino que involucra a toda la cadena logística marítima, desde los operadores portuarios hasta los agentes de carga y aseguradoras.
Desafíos y oportunidades de este proceso en la economía global
Aunque el reciclaje de buques ha avanzado significativamente, hoy en día continúa enfrentando importantes desafíos que limitan su adopción global. Entre ellos destacan:
- Falta de ratificación del Convenio de Hong Kong por parte de varios países clave, lo que genera vacíos legales.
- Muchos astilleros carecen de la tecnología necesaria para gestionar residuos peligrosos de forma segura.
- Condiciones laborales precarias en algunos centros de desmantelamiento, donde la protección de los trabajadores aún no es prioritaria.
- Transparencia limitada en la trazabilidad de los materiales reciclados, lo que dificulta verificar su destino final.
A pesar de estas limitaciones, las oportunidades son considerables, ya que esta práctica reduce la demanda de materias primas vírgenes, disminuye las emisiones de CO2 y permite un ahorro energético significativo. Además, al integrar esta práctica en la economía circular, el sector marítimo puede posicionarse como un referente global en sostenibilidad industrial.
En conclusión, el reciclaje de buques se ha consolidado como una práctica esencial para el desarrollo sostenible de la industria marítima, ya que permite recuperar materiales valiosos, minimizar los impactos ambientales y generar beneficios económicos en las comunidades portuarias. Sin embargo, su verdadero valor radica en su capacidad para transformar la forma en que el sector marítimo gestiona sus recursos, promoviendo una cultura de responsabilidad, innovación y eficiencia.
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Fuente: South Pacific Logistics




