El reaseguro es un mecanismo mediante el cual una aseguradora transfiere parte del riesgo que ha asumido a otra compañía, conocida como reaseguradora. En otras palabras, es un seguro para las aseguradoras. Esta práctica es crucial para garantizar la solidez y sostenibilidad del sector asegurador, especialmente en industrias como la marítima, donde los riesgos pueden ser complejos, costosos y difíciles de prever.
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¿Qué es el reaseguro?
El reaseguro es un contrato mediante el cual una compañía de seguros (llamada cedente) transfiere total o parcialmente el riesgo asumido en sus pólizas a otra entidad (la reaseguradora). A cambio, la reaseguradora recibe una prima y se compromete a cubrir parte de las indemnizaciones en caso de siniestro.
El objetivo principal de esta práctica es garantizar que las compañías de seguros mantengan su estabilidad económica incluso ante reclamaciones de gran magnitud. Por ejemplo, si una aseguradora cubre una planta química y ocurre un accidente de grandes proporciones, podría enfrentar una indemnización multimillonaria. Sin reaseguro, esa compañía podría ver comprometida su solvencia. Al contar con respaldo reasegurador, ese impacto se distribuye y se vuelve manejable.
Además, este mecanismo permite a las aseguradoras ofrecer coberturas más amplias, primas más competitivas y asumir riesgos que, de otro modo, no podrían garantizar por sí solas. Incluso en escenarios extremos, las aseguradoras pueden cumplir sus compromisos gracias al respaldo del reaseguro.
En algunos casos, la reaseguradora puede traspasar a su vez parte del riesgo a otras entidades, formando una cadena de protección. Este proceso se conoce como retrocesión, y suele utilizarse en situaciones de riesgo elevado, como catástrofes naturales o industrias de alto impacto como la energía nuclear.
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¿Cuántos tipos existen?
No todos los contratos de reaseguro son iguales. Dependiendo de la forma en que se estructure la relación entre la aseguradora y la reaseguradora, se pueden clasificar en distintos tipos. Existen dos grandes criterios para diferenciar los contratos de reaseguro: por obligatoriedad y por participación en el riesgo.
En el caso del primero, estos son los distintos tipos de contrato:
- Facultativo. Este se negocia caso por caso, por lo que la aseguradora decide qué riesgo quiere ceder, y la reaseguradora evalúa si lo acepta o no. Es común en situaciones donde la amenaza es muy particular o elevada, como el aseguramiento de infraestructuras críticas o proyectos únicos. Cada contrato es individual y específico.
- Obligatorio (o tratado de reaseguro). En este acuerdo, ambas partes establecen previamente los criterios que deben cumplir los riesgos para ser cedidos al reasegurador en automático. No se evalúa cada caso individualmente: si entra dentro del tratado, se reasegura. Este sistema aporta continuidad, previsibilidad y simplificación operativa.
- Obligatorio-facultativo. Es una fórmula mixta en la que la aseguradora no está obligada a ceder riesgos, pero si decide hacerlo, la reaseguradora debe aceptarlos si cumplen con las condiciones pactadas. Se establece previamente una carta de garantía o cover con los parámetros del acuerdo.
En cuanto a la forma de participación en el riesgo, estos son los tipos de contrato de reaseguro más comunes:
- Cuota-parte (proporcional). En este esquema, la reaseguradora participa en un porcentaje fijo del total de riesgos de una categoría específica. Por ejemplo, si se pacta una cuota del 30%, la reaseguradora recibirá el 30% de las primas y cubrirá el 30% de los siniestros. Este tipo es ideal para compartir riesgos de forma equitativa y predecible.
- Excedente (proporcional). Aquí, la reaseguradora solo interviene cuando los riesgos superan un umbral definido por la aseguradora, llamado “pleno de retención”. Cuanto mayor sea el excedente, mayor será la participación de la reaseguradora. Es una modalidad flexible que permite a la cedente asumir riesgos hasta cierto punto, traspasando solo lo que sobrepasa su capacidad.
- Exceso de pérdida (no proporcional). Este modelo se activa cuando el coste de un siniestro individual supera un monto pactado. Si el daño es inferior a dicha suma, la aseguradora cubre todo; si lo supera, la reaseguradora paga el excedente. Este esquema es muy útil para protegerse contra eventos extremos o catastróficos.
- Exceso de siniestralidad (no proporcional). Similar al anterior, pero en lugar de aplicarse a siniestros individuales, se refiere al total de pérdidas acumuladas en un periodo determinado, normalmente un año. Si la siniestralidad supera un porcentaje establecido, la reaseguradora cubre el excedente. Es útil para mantener equilibrado el resultado técnico de una aseguradora.
Diferencias con el coaseguro
Aunque el reaseguro y el coaseguro tienen como objetivo común la diversificación del riesgo, su funcionamiento es muy diferente.
En el primer caso, el contrato de seguro lo firma una sola aseguradora con el cliente, y es esa aseguradora la que responde directamente si existe un siniestro. El cliente no tiene conocimiento ni relación con la reaseguradora. Todo lo pactado en la póliza se mantiene intacto y es la aseguradora quien se encarga luego de recuperar del reasegurador la parte que corresponda.
En el coaseguro, en cambio, varias aseguradoras participan directamente en el contrato de seguro con el cliente, cada una asumiendo un porcentaje del riesgo y de la prima. Todas responden proporcionalmente ante el asegurado. Por lo general, una de las compañías, conocida como líder o abridora, se encarga de la gestión principal del contrato, pero todas tienen obligaciones legales con el cliente.
En conclusión, el reaseguro es una herramienta esencial dentro del ecosistema asegurador, ya que permite que las compañías de seguros operen con mayor solidez, puedan asumir riesgos mayores y, al mismo tiempo, ofrecer productos más accesibles y completos a sus clientes. Conocer su funcionamiento no solo es útil para quienes trabajan en el sector, sino también para quienes desean entender cómo se mantiene a flote la seguridad financiera detrás de cada póliza que contratamos.
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Fuente: Mapfre