Entre más pasa el tiempo, los diversos sectores económicos y productivos se transforman y evolucionan en busca de adaptarse a los cambios y lograr una mayor eficiencia en un mundo de constantes innovaciones, y la logística es una de esas industrias que recurrentemente se apegan a esas variaciones, alterando sus formas de operar e incluyendo cada vez más nuevos términos o conceptos, como lo son la intralogística, logística inversa, logística sostenible o higiene logística, por mencionar algunos.
Y es que son tantos los procesos, actores, recursos y medios que se engloban dentro de la industria logística para que esta se desempeñe, que deben embonar de manera casi perfecta para el funcionamiento de las cadenas de suministro globales.
Sin embargo, dentro de todo el “caos” que pueden representar estas operaciones, en muchas ocasiones se dejan de lado aspectos importantes que impactan en las actividades logísticas, así como en los colaboradores y en las instalaciones de las empresas que día a día y de manera permanente las ejecutan, y es ahí donde entra la higiene logística.
Este término, aunque en la teoría puede ser impopular, en la práctica siempre está presente.
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¿En qué consiste el término “higiene logística”?
Es lógico que cuando se piensa o se pronuncia la palabra “higiene”, esto haga referencia a un procedimiento de limpieza o aseo de muchos tipos, dependiendo el caso y el contexto.
En este caso, utilizar el término en establecimientos o empresas, puede asociarse con asear las diversas áreas e instalaciones que forman parte de una compañía y mantener la pulcritud de sus diferentes espacios, no obstante, cabe resaltar que la higiene logística no se refiere a eso precisamente, sino que va más allá, pues involucra a todos los procedimientos, operaciones y al personal de la empresa.
Este reciente concepto puede ser interpretado de varias formas, pero lo que es un hecho, es que se enfoca en ejecutar actividades que vuelvan más eficaces las actividades del rubro logístico, es decir, que a través de estrategias o planes de acción implementados en las empresas, se alcance mayor fluidez en almacenes, inventarios, transporte, rutas, procedimientos de carga y descarga, y demás procedimientos.
La higiene logística tiene como objetivo beneficiar a las operaciones, erradicando los constantes errores y efectos negativos actuales en estas como, por ejemplo, malos hábitos, ejecución de acciones de manera incorrecta o poco ética, incumplimiento en medidas de seguridad, falta de gestión de recursos, entregas fallidas, omisión de revisiones, mala optimización de rutas, entre muchas otras.
De esta manera, ciertamente existe una “limpieza” que busca eliminar el impacto desfavorable y perjudicial en las maniobras logísticas, trayendo consigo grandes beneficios a través de la aplicación de buenas prácticas, políticas, sistemas, recursos y procedimientos saludables.
¿Cómo puede beneficiar a las operaciones empresariales?
Como se puede percibir, la higiene logística, a final de cuentas, sí se trata de “limpiar” procesos, o más bien, de depurar y suprimir aquellas acciones que traigan consigo efectos negativos en la logística y lo que la rodea.
Por supuesto, para lograr la máxima eficiencia, se requiere de inversión y recursos que ayuden a alcanzar estos objetivos, y principalmente de tecnología, pues hoy en día es un eje esencial para esta industria.
Algunas de las cosas que esta estrategia puede erradicar, y que en muchas ocasiones se vuelven invisibles, son:
- Saturación de almacén
Esto va de la mano con la mala planificación o la falta de la misma, pues un almacén saturado es sinónimo de esto.
Con la higiene logística, es posible implementar y ejecutar modelos de gestión de almacén más efectivos disminuyendo actividades que pueden resultar inútiles pero que se realizan por costumbre o en bucle.
- Errores de inventario
Estas situaciones son muy comunes en las empresas, pues en ocasiones se puede tener registrado que se tiene un producto en existencia, pero al buscarlo, no está, e incluso puede suceder al revés.
Lo anterior se debe a la falta u omisión de un procedimiento claro que brinde el máximo control sobre cada pieza del inventario y almacén, o también, con malas prácticas del personal.
Con una estrategia efectiva es posible identificar estos puntos ciegos y atacarlos.
- Demoras de transporte e ineficiencia de enrutamiento
El procesamiento de cargas, las demoras de transporte, la ineficiencia de enrutamiento y un almacenamiento erróneo de mercancías ya no debería ser un problema, sin embargo, esto sigue sucediendo.
A través de puntos como este se detectan actividades improductivas y negligentes que desencadenan esta clase de problemas, como la falta de capacitación del personal, una mala gestión de rutas, ausencia de recursos y revisiones de transporte, entre muchas otras.
Hoy en día, es cada vez más necesario y hasta una obligación para las empresas brindar un entorno seguro y garantizar condiciones para lograr la higiene logística en las empresas, colaboradores y cada paso de sus operaciones, pues así es posible conseguir una mejor y mayor eficiencia en las actividades diarias.
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